VIDRIOS
Cuando el fuego desbordó sus cuerpos y la fiebre les llegó al corazón, decidieron
construir juntos y habitar su mixtura de castillos. Lo celebraron tan
efusivamente que, tras ríos de cava, destrozaron la botella en plena
excitación. Y ocultos en los enredos de la alfombra quedaron algunos vidrios,
dispersos, con sus filos de escorpión, esperando ese instante descalzo tan
vulnerable a las heridas.
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