HONESTAMENTE
Después de mi artículo de
ayer, afirmando que los partidos políticos actuales dan asco, muchos podréis
pensar que abomino de los políticos y nada más lejos de mi intención, lo que
repudio es la “Casta” política. ¡Cómo voy a renegar de la democracia!, ¡cómo voy
a rechazar la política!, si política es lo que hacemos todos, hasta en las
cosas más cotidianas, y personas con verdadera vocación social, las hay y
debemos aprovecharlas. Pero sí es necesario que nos impliquemos todos para conseguir
cambiar las cosas por algo más honesto, justo y dignificante de nuestras
generaciones futuras. Desde la ciudadanía debieran surgir partidos nuevos, cuyo
funcionamiento interno fuese radicalmente distintos a los actuales. Que
funcionasen con listas abiertas, sin disciplina de voto, sin tanta jerarquización,
en el que las soluciones frente a problemas comunes prevalecieran a las
sagradas bases ideológicas. Partidos en los que se premiara la honestidad por
encima de la lealtad. En los que el bienestar de los ciudadanos sea más
importante que las estrategias de poder. En los que todo cuanto ocurra se
publique, porque no haya nada que esconder.
Eso es lo que buscan
algunos. Acabar con el sistema político, como hizo Hitler en 1932 en Alemania,
tras ganar las elecciones. Y ante el panorama triste y gris que presenta España
en estos momentos, ya se están preparando. Usan eufemismos en sus acepciones
nominales para engañar al personal: “Manos limpias”, “Libertad constituyente”,
etcétera, pero huelen a fascismo desde lejos.
Argumentando la certeza de la corrupción generalizada en el ámbito
político nacional, usan frases como esto no es una democracia, denigran el
sistema electoral como algo fácilmente manipulable, atacan contra las
instituciones democráticas e, incluso, al sistema judicial y al Rey, mientras
su líder sueña en convertirse en caudillo. Cuidado, que la prima de riesgo se
relaja hasta los 500 puntos, gracias al par de pasitos hacia atrás que ha dado
la Merkel, pero estos lobos siguen al acecho. No son las instituciones las que
fallan, son los buitres que estos momentos las manejan. Aunque bien es cierto
que algunas instituciones en este país sobran, como la monarquía, por ejemplo.
Mientras tanto el 15M, esa
esperanza que brotó como un manantial desde el centro del Sol en Madrid, se
difumina tanto, que ya no es más que un espectro donde no cabe la ilusión. Y no
ha sido gracias al acoso represor de la derecha española, como pueden llegar a
pensar algunos. Ha sido la izquierda, esa pseudoizquierda ladina e interesada
de los partidos políticos con representación parlamentaria quienes han ido
sectorizando, manipulando, atomizando y pulverizando el movimiento, hasta que
la claridad inicial con aquellos 8 puntos básicos, se han convertido en un batiburrillo
de miles y miles de propuestas que nadan en el oscuro mar de la confusión y sin
salida posible. Ahora todos son enemigos de todos, DRY de las acampadas, los
teólogos de la liberación de los ateos, Cáritas de Payasos sin fronteras… ¿Cómo nos vamos a unir en nada, si aquí cada
uno tira para su patio? ¿De qué nos sirve tanta perorata y tanta puñetera protesta
en las redes virtuales, si todo ello sólo nos separa?
Se hace necesaria la intervención
de la ciudadanía en el ámbito político español, iniciar un proyecto conjunto,
pero primero sentar las bases para que la transparencia en todo sea absoluta y
confiar en las personas cuya vida haya sido ejemplar, en personas de espíritu y
conciencia honestas, eso es lo fundamental. Y luego colaborar todos juntos,
sacrificando la individualidad egocéntrica por los intereses legítimos de la
comunidad. Construir juntos el sueño de una realidad mejor para nuestros hijos. No sé si podrá lograrse algún día, en Islandia lo consiguieron y en Ecuador también, ¿por qué no aquí?. Algunos ya lo intentamos y no salió
adelante, porque ninguno de nosotros éramos los adecuados. Pero quizás mañana
alguien lo intenté y sí lo sea. Pregúntate si podrías serlo tú, pero debes
responder honestamente.
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