¿TRANSPARENCIA?
Aquí todos hablan
de transparencia, pero todos ocultan algo. A los del PP se les llena la boca
con la palabra “transparencia” e, incluso, anuncian a bombo y platillo una ley
del mismo nombre, pero ni oír hablar quieren de destapar la caja de las
tormentas de Bankia o de prevaricación en el caso Dívar. Exigen cuentas claras
a las autonomías que no están gobernadas por ellos, pero mantienen en secreto
los balances falseados de los bancos y cajas españolas. Dicen ser transparentes
y honestos, pero por todo el partido estallan granos purulentos de corrupción.
El PSOE no se queda a la zaga, exigiendo claridad al PP, pero sólo cara a la
galería, porque, en verdad, apoyan el oscurantismo sobre Bankia, por si acaso
les salpica algún escándalo por la gestión en Caja de Castilla La Mancha,
anterior a la fusión. Hasta el punto, creo yo, que ambos partidos se han puesto
de acuerdo en cómo afrontar el problema.
Pienso que el anuncio de
la fiscalía del estado sobre que va a investigar si hubo delito en la
fusión y la salida a bolsa de Bankia, no es más que un bulo para anular
cualquier otra acusación que pudiera llevar a cabo otro ente. Es más, el hecho
de que el fiscal del estado ya haya pedido la inhibición a los jueces que han
aceptado o aceptarán en el futuro las acusaciones de “Manos limpias”, el 15M o de los usuarios
de la entidad, entre otros, corrobora mis sospechas. Si la fiscalía no
estuviera tan politizada intentaría llegar más lejos, miraría, al menos, el
escandaloso robo que los directivos han estado haciendo desde que estalló la
burbuja inmobiliaria. Si en los balances anuales el capítulo inmobiliario
estaba sobredimensionado, inflados los precios reales de las viviendas en
stock, y el balance final y evidentemente falseado presentaba unos beneficios
irreales, es decir, que podría haberse presentado beneficios cuando realmente
había pérdidas, con la única razón de repartirse en dividendos el dinero de los
depositarios. Si eso no es delito que clame algún Dios desde el cielo. Hay que
estar múltiplemente ciego para no verlo y ha estado ocurriendo en nuestras
narices, durante muchos años. ¿Por qué la fiscalía no investiga por esa vía?
Porque a la poderosa “Casta” política no le interesa, sean del partido que
sean.
Y lo de IU ya es de risa. Transparencia, transparencia, no dejan de gritar. Sobre todo en Andalucía, donde el caso de los EREs,
aparentemente, les ha llegado al alma. O al menos les llegó, antes de que
pactaran el gobierno andaluz con el PSOE. Y ahora que gozan de los inefables
privilegios de tres consejerías y una vicepresidencia, argumentan que para qué
embarrar más el lodazal, pidiendo que vayan a declarar Cháves y Griñan. Total,
que nada. A la hora de la verdad, apoyan eso de echar la mierda debajo de la
alfombra, como los dos miembros de su partido que están imputados por el caso
Mercasevilla, muy relacionado con el de los EREs.
Esta España es un circo de pícaros y ciegos. Un
esperpento valleinclanesco en el que la estrella que más brilla está al frente
de la justicia, el señor Dívar, el figurante más perverso de esta parodia que
es nuestro país. Es la estrella más transparente del firmamento, por eso lo
proclama una y otra vez a los cuatro vientos, como si estuviese convencido de
la certeza de sus palabras. Después de las comunicaciones de los alcaldes de
Málaga y Cádiz, diciendo que no recibieron al ínclito personaje, no sé como
todavía le queda un palmo de vergüenza a este impresentable tipejo para
presentarse ante la ciudadanía y mentirles tan abyectamente.
¿Transparencia? No me hagan reír, señores políticos.
¿Justicia? No me hagan reír, señores jueces.
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