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Y SIGUE EL ESPERPENTO
En esta España de casi seis
millones de parados, y ya carente de Quijotes, la farsa se agudiza a diario y
el esperpento reluce en su máxima expresión. Ayer tuvimos buen ejemplo de ello,
en la visita que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, hizo al ayuntamiento de
Almonte (Huelva), para celebrar, junto a las autoridades del consistorio, el Año Santo Jubilar Mariano, concedido por el Papa
Benedicto XVI, que se celebrará en Almonte y El Rocío por el Bicentenario del
Rocío Chico y coincidirá con la estancia de la patrona en su pueblo durante
nueve meses y su vuelta a la aldea para la Romería de Pentecostés y los actos
por el bicentenario que tendrán su colofón durante el mes de agosto del año
próximo. Las declaraciones de la ministra fueron para llorar: “Estamos muy contentos, estamos al lado de los almonteños y
estamos todos juntos con toda la sociedad española luchando para salir cuanto antes de la crisis, para volver al crecimiento y volver a la
creación de empleo. Y yo estoy muy emocionada porque no me lo esperaba, aunque
de la Virgen un capote siempre llega... esta aliada privilegiada y esta
embajadora universal de Huelva que es la virgen del Rocío y que nos ha hecho
este regalo adicional en nuestra salida de la crisis y en nuestra búsqueda del
bienestar todos los días de los onubenses y de los ciudadanos. Y yo creo que
esto se merece un ¡Viva la virgen del Rocío!", remachó la ministra
según unas declaraciones recogidas por la Cadena Ser. Para llorar, ¿verdad?
Seguro que no hay problemas que solucionar en Asturias, seguro que no tiene
mucho qué hacer, porque esto del empleo va bien en España, que se dedica a
trabajar ociosamente, mientras canta loas a su Virgen. Pero el colmo es cuando
nos trata por imbéciles y anuncia que este es un acontecimiento de excepcional
interés público, que es una apuesta del
gobierno central que supondrá una inyección económica muy importante para
Almonte, Huelva y Andalucía con muchas posibilidades de creación de empleo y
generación de riqueza. Casi ná, como decimos por Andalucía. O sea, que ahora el
gobierno, para solucionar la crisis económica, nos insta a ponernos en manos de
la virgen. Ya os digo, el colmo del esperpento.
Todo esto debiera tener un carácter de
comedia, pero la realidad impone su rostro de tragedia, al ver cómo gran parte
de la ciudadanía, esa que profesa la beatitud pública, aunque descafeinada en
el ámbito privado, celebra con vítores y aplausos cada palabra de la ministra, mientras esta deja claro que todas las empresas, administraciones y entidades que
colaboren, organicen o contribuyan a este gran evento universal podrán tener
importantes deducciones fiscales, que en algunos casos llegarán hasta el 95%.
A las familias se las exprime a
base de impuestos, se le embargan las viviendas en caso de no poder pagar y se
les condena a la exclusión y al hambre (1.800.000 familias en España ya no
disponen de ningún ingreso), mientras que a los idólatras de las esculturas marianas se les da lo que haga falta. Para qué invertir en comedores sociales, se dirá
la ministra, si podemos alimentar al pueblo a base de hostias consagradas. A
este gobierno ya sólo le falta que algún día nos digan que, si queremos comer y
vivir dignamente, hemos de hacer penitencia, afiliándonos al Opus Dei. En fin, ya veremos cómo se montan la fiesta. El más grande y alucinante colofón sería ver a la cúpula de Bankia, arrodillados en la ermita,
cantando a coro una salve rociera, mientras el obispo deposita sobre sus lenguas unas enormes hostias con forma de euro y sus ejecutivos nos venden acciones preferentes en la puerta.
¿Hasta cuando vamos a ser partícipes de este ridículo esperpento?
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