SOCIABILIDAD
Decía que nuestra civilización estaba
podrida, que no le interesaba relacionarse con ninguno de nosotros, adictos al
sistema. Pero lo decía a gritos, como si estuviéramos sordos y no pudiéramos
oír ese inconfesable silencio que nos decía: -¡miradme por favor, yo existo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario