EL
GRAN POLLO
Se montó el gran pollo, vino
la agencia Moody´s y nombró basura a casi todos los bancos españoles. El
Santander fue el único que se salvó de la quema. En ese banco todo queda en
familia y eso supone menos traiciones, no hay tantos a repartir para lograr el
contubernio. Hoy la bolsa descenderá a los infiernos y la prima de riesgo
rozará las nubes. Esto va cada vez peor y nada hacemos por evitarlo. Aquí, la
picaresca se ha convertido en el modus
vivendi cotidiano. Y esa frase tan manida de “Si no me aprovecho yo, se
aprovechará otro” se transforma en norma establecida. Así, banquero que no
corre, vuela. ¿Cómo si no se explica tanto agujero económico? Las cifras que se
publican sobre lo que los ejecutivos bancarios se han llevado en
indemnizaciones, prejubilaciones, dividendos y planes de pensiones, es escandalosa.
Pero eso es lo que sabemos. ¿Qué proporciones tendrá lo oculto? Lo que se han
estado repartiendo con los promotores durante años, para engorde de sus cuentas
caribeñas o alpinas. O con los políticos que debían recalificar los suelos y
necesitaban financiar a lo grande sus campañas electorales. Era la época de las
vacas bien cebadas y había mucha manteca para untar. Además, casi todo era legal
por obra y magia de los notarios y sobraban chivos expiatorios
dispuestos a correr el riesgo, a cambio de prestigio y un trocito pequeño del
pastel. Ahora quieren hablarnos del ladrillo acumulado. Nos dicen que el dinero
se ha convertido en losas y azulejos y callan sus comisiones de la hostia y las
invisibles bolsas de basura. Tiene guasa, ahora son basura por habérselo
llevado todo en bolsas de basura. Causas del destino.
Podríamos decir que la
corrupción sistemática en las instituciones políticas, financieras y
empresariales ha llevado a nuestro país al borde del abismo y que acabando con
ella se solucionarían todos nuestros problemas. Pero no es así, porque de nada
serviría cualquier acción contra la corrupción si no se reforma el estamento
judicial. La cantidad de delincuentes que han toreado a la justicia en España
es vergonzante. Desde Botín, con ese maletín que entró por una puerta mientras
él salía por la otra, hasta el Correa de los Gurtel, que ahora sestea en su
mayestático chalet de Sotogrande, gracias a los 200 mil euros que su madre sacó
de una cuenta de Bankia. (Sí, ese banco que ahora tendremos que recapitalizar,
pagando la factura del rescate). Desde el chófer cocainómano de los EREs, a
quién se le acabará pagando por colaborar con la fiscalía, hasta el anterior tesorero
del PP, que igual está descansando en su cabaña milmillonaria de los Pirineos.
¿Cómo vamos a solucionar esto, si en España todos se marchan de rositas y con
las bendiciones del juez?
La corrupción judicial es el
gran problema de España. Si bien es cierto que no todos los jueces son iguales
y algunos son honestos, lo que sí es evidente es que en la cúpula de poder
están los más perversos, como el señor Dívar lo estuvo al frente del CGPJ y del
TS. ¿Servirá de algo su dimisión? Me temo que no. Esto no es más que una
representación interpretada para que en el fondo todo permanezca igual. Se cambia
al presidente, pero al frente siguen estando los mismos que confeccionaron los
estatutos y la leyes que permiten el soporte y el escape escurridizo de la
codicia. Si queremos ser un país íntegro y digno, con posibilidades de
bienestar y armonía social, es imperativo regenerar todo el sistema
judicial y el funcionamiento interno y la redacción de sus estatutos y
reglamentos. Prohibir los blindajes inmorales, los privilegios ruines, el
prestigio basado en la hipocresía, los golpes en la mesa sin ética ninguna, la
soberbia del poder, la complicidad con los políticos. Los jueces de los altos
tribunales deberían ser elegidos por ellos mismos y no por los políticos.
En Francia una concejala
alquiló un piso, escandalosamente, por debajo del precio de mercado y tuvo que
presentar su dimisión. En Alemania, un ministro fue destituido cuando
comprobaron que había plagiado su tesis doctoral. En España, un bizco roba un
furgón blindado y le convertimos en un héroe. ¿Cómo vamos a arreglar esto?, ¿cómo
vamos a devorar el pollo?, si vivimos entre la basura. En esto sí que deberíamos
aprender del Norte de Europa. La regeneración del estamento judicial y sus
reglas serían los instrumentos, pero de nada servirá tampoco si no aborrecemos al pícaro en nuestras conciencias.
Realmente un gran pollo. y un gran pato que estamos pagando entre todos.
ResponderEliminarque casualidad, mi último capítulo también habla sobre la especulación y los rescates, y está protagonizado por un pato y un pollo.
http://www.youtube.com/watch?v=lU7tbVrU_z4
¡Qué casualidad! Me ha gustado mucho el vídeo. Gracias, Compay Gallo.
ResponderEliminar