jueves, 19 de julio de 2012


LA INGENUIDAD DEL SANTO

El Santo se quejó ante Dios por permitir que el mal y la codicia crecieran por el mundo.
La ola de la miseria avanzaba sin piedad entre los indefensos. Las desigualdades creaban abismos entre las clases sociales. El hambre y la muerte se expandían.
No pudo contener más su indignación y le preguntó airadamente: -¿Por qué permites al demonio tantos privilegios?
Y Dios le respondió: - Hijo mío, siendo santos no podemos hacer nada. Él tiene los mejores abogados y comparte mesa con los jueces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario