jueves, 13 de junio de 2013

EL TRIUNFO DE LOS MEDIOCRES

Hoy deseaba escribir sobre la mediocridad de nuestro país. Pero he encontrado este texto de Forges que ya habla sobre ello y he comprendido que no podría expresar mis conclusiones mejor que él las suyas y que está claro que compartimos. Es por ello que  renuncio a escribir artículo alguno sobre lo mismo y, en su lugar, copio y pego sus palabras con las que estoy totalmente de acuerdo. Disfrutadlas. No tienen desperdicio.
    Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es, de todo punto, necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera. Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.  Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o  la señora Merkel.   Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre. Ningún país alcanza semejante condición de la noche a  la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. 
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que  la hay. Tan  solo porque son de los nuestros.  Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla  como  el estado  natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia. 
 - Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura.  
 - Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.  
 - Mediocre es el único país  del  mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas  del  terrorismo. 
 - Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola  del  mundo desarrollado.  
 - Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.  
- Mediocre es un país donde la brillantez  del  otro provoca recelo, la creatividad es marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.  
 - Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida.  
 - Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.  
 - Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.  
 - Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo.  

ANTONIO FRAGUAS DE PABLOS (FORGES)" 


viernes, 7 de junio de 2013

EL VIAJE


Y ahora que un sol sanguíneo resplandece en el ocaso
buscaremos en la brisa claridades sin aristas, gestos
y palabras que iluminen la salida del presidio, voces
como pájaros que alcen el vuelo sin temor al horizonte,
porque el viaje nos hará libres mientras no exista destino.

Descerrajaremos goznes, abriremos puertas y ventanas,
abatiremos límites y fronteras y aunque el invierno nos aísle
estaremos dispuestos a compartir nuestro mantel de primavera
rebosante, no abandonaremos nada y a nada nos aferraremos,
y dejaremos que la casa crezca sola allá donde vivamos el instante.

Nos marcarán con la locura, nos tacharán de irresponsables,
los carroñeros afilarán sus lenguas y corbatas y nos hablarán
de fáciles hipotecas, sencillas ecuaciones que avalan un futuro
de bienestar, ese paraíso residencial en cuyos contenedores
de diseño arrojan diariamente la miserable basura que producen.

Ni caso, caminaremos indiferentes al penal de sus palabras,
volaremos como insectos sobre el arroyo que inunda el valle,
viviremos en la palpitación de la semilla que está a punto de brotar,
saciaremos nuestra sed con el agua incandescente del deseo
y, en nuestros ojos, sembraremos las sonrisas del viaje compartido.

jueves, 6 de junio de 2013

EL TIEMPO DEL MAQUILLAJE

   Ya se venía venir desde hace mucho tiempo. El maquillaje de todo lo público, desde que el PSOE y el PP nos gobiernan, ha ido en progresión exponencial. Tras la creativa transición los partidos políticos se dieron cuenta de que en esto de la política daba más juego montar un buen y entretenido espectáculo que presentar un sesudo programa, tan detallado como aburrido, que pudiera solucionar los problemas a los ciudadanos del país. Total, ¿quién se lo va a leer?, pensarían muchos de ellos. Y estaba claro que esas luces brillantes, la música rítmica a toda ostia, los carteles de diseño y la eficiencia del estilista del electo a presidente daban más votos que toda esa tontería de las ideas. Y, de esta forma, comenzó a instalarse la mentira, poco a poco, en nuestros políticos, hasta el punto de pensar que vivían instalados en una irrebatible y realista verdad. Pero claro, era evidente que en la carrera del espectáculo los productores son muy importantes, fundamentales. Sin recursos sólo se podía aspirar a un triste vodevil, bastante infructuoso en cuanto al fin perseguido: la compra de voluntades. El que disponía de mayor capital para invertir en el negocio del espectáculo de la política era el que más posibilidades tendría de llegar al poder y de acceder a las cuentas públicas.
   Luego, una vez asentados en el trono por al menos cuatro años y ya adictos al maquillaje, se ocuparon del lenguaje con el uso de eufemismos. Y convirtieron algunas palabras puras como “instituciones públicas” en irónico eufemismo cuando las expresaban sus labios. Y crearon nuevos términos para enmascarar el gran desfalco que han llevado a cabo con el tiempo. De ese modo inventaron expresiones como “Ley de liberalización del suelo” y que, en realidad, no era otra cosa que traspasar la propiedad de terrenos públicos y de disfrute común, como un parque, por ejemplo, a las manos privadas de los especuladores, con la intención confesa de llenar las arcas municipales y comunitarias y la inconfesable realidad de las comisiones a cuenta para ellos mismos y sus partidos. No se conformaban con sus magníficos sueldos y sus privilegios inmorales, no. Claro que para conseguir todo eso era necesario ser generosos en cuanto al pago de obras públicas, ¿cómo iba a soltar la pasta el constructor si no se le ayudaba a aumentar sus beneficios? Esa fue la razón por la que se pagó a muchos por 2 ó 3 veces del valor real de las obras construidas. Total, ¿qué relevancia tendría eso mientras tuvieran acceso al crédito? Nadie se iba a enterar. Pero todo pozo tiene un fondo y llegó el momento en el que los bancos les dijeron a los gobiernos que ya no podían seguir subvencionándoles sus negocios. Que entre las deudas de los partidos, las ayudas para callar bocas a sindicatos, la federación de empresarios y asociaciones varias y que ellos habían tenido que financiar, la subvenciones a fundaciones y empresas públicas sin actividad alguna y creadas tan sólo para asegurarles un buen sueldo a los elefantes del partido; el adelanto de las nóminas a unos funcionarios cuya caja pública ya no aseguraba su sueldo, etc, ya no quedaba donde rascar y les era imposible seguir concediendo créditos a los constructores y promotores que ellos les exigían. Y, entonces, a alguien se le ocurrió la genial idea de convertir las cajas en bancos, poner al frente de las mismas a alguien del partido y controlar desde la dirección central el dinero de los ahorradores para sus fines lucrativos. A cambio, aquellos que estuvieran al frente de las cajas tendrían el camino libre para asegurarse una buena jubilación.
 
 
Por entonces el maquillaje llegaba a su máxima expresión y el latrocinio pasó a llamarse acción preferente, el robo y la vejación lacerante a los inocentes ciudadanos se denominó ajuste presupuestario, la humillación de los trabajadores, reforma laboral, y la inyección económica a los bancos con más dinero del erario público para poder seguir subvencionando sus negocios, reforma financiera. ¿Dónde están las concesiones de crédito a las familias y a los emprendedores? Todo era mentira. Todo es sucio y oscuro maquillaje. Y lo peor es que nuestros políticos están ya enganchados a él como si éste fuese una droga que se metieran a diario en vena. Ya ni siquiera recuerdan cuál es la verdadera función de un político, la de servicio público. Ya creen ciertamente que todo esto no es más que un juego de poder, donde la felonía y el engaño enmascarado de verdad son fichas ganadoras. Ahora van a Europa con cuentas maquilladas, convencidos de que les van a creer allí. Borran de golpe y sin razón alguna los miles de millones entregados a los bancos y cuadran el déficit. Si les llaman la atención por el índice bestial del paro, se inventan los contratos por horas y si un mismo trabajador es contratado por un par de horas cinco días del mes, pues ellos dicen que ese mes cinco trabajadores fueron contratados. Ahora la cara de España no es aquella morena de limpio rostro que retrató Romero de Torres, ahora la cara de España es la de una furcia mentirosa de rostro decrépito y maquillado con pinturas malas.    

martes, 4 de junio de 2013

¿POR QUÉ ESCRIBO ESTE BLOG?

  ¿Por qué escribo este blog? Sólo me asaltan dudas cuando me hago esa pregunta. La verdad es que no lo sé. ¿Para ayudar a otros a tomar conciencia sobre los graves y acuciantes problemas que tenemos los españoles? Sería absurda la empresa pues no me leen más de un centenar de personas cada día y se me antoja una minoría infinitesimal para lograr transmitir mis mensajes. Y, sin embargo, persisto en mi actitud. De modo que esa no debe ser la razón. Entonces, ¿por qué sigo alimentando a este monstruo del soliloquio? ¿Para qué todo este trabajo absurdo, en lugar ocupar mi tiempo en otras actividades más rentables? Será que la ciega vanidad se impone. Que, en el fondo, no soy más que una mosca cojonera que insiste e insiste en ser reconocido para lograr huir de su asquerosa mediocridad. Si es así menudo idiota soy, porque ya ha habido comentarios que demuestran que algunos de mis textos me granjean enemigos poderosos y ya sabemos que sin el apoyo de estos es imposible entrar en el rentable mercado del reconocimiento.  
   Lo que sí tengo claro es que en la mayoría de los casos escribo por pulsión instantánea, como hago en estos instantes, y eso implica tener algo que decir, algo incontenible, imposible de censurar. Y, a veces, la pulsión me lleva a denunciar cosas que mi conciencia percibe injustas, sin pararme a razonar sobre las posibles consecuencias para mi persona. Quizás no busque más que eso, limpiar mi propia conciencia, porque yo, al igual que tantos, también participé en aquel espejismo farandulero que fueron los años de la bonanza. Nunca gané mucha pasta pero vivía bien como comercial gracias a la burbuja inmobiliaria, acepté dádivas de las instituciones culturales, como estancias en hoteles y almuerzos suntuosos durante los encuentros de escritores con cargo al erario público, formé parte del elitista y bochornoso espectáculo de la cultura en mi país y de sus fiestas, en las que me emborraché, me drogué y ejercí de petulante, que es lo que se suele hacer en dichos encuentros. Mucho poeta social, sí, que berrea desde su pose radical, pero que traga y traga por lo que el poder le mande, mientras le siga subvencionando las fiestas. Eso éramos, tan sólo unos hipócritas con ínfulas de señorito. Y alguien tiene que dar la cara y reconocerlo, aunque los enanos crezcan y se alíen con el bando de los enemigos.
  
Todos somos vulnerables y, dependiendo de las circunstancias en las que vivamos, relajaremos más o menos nuestra moralidad. Ninguno estamos a salvo de ser un ladrón o un santo. Nos tocó en suerte nuestro destino, pero bien pudo ser otro distinto si hubiéramos nacido en otra familia, en un barrio o en un país diferente. Pero lo único que nos convierte en seres civilizados es el respeto a unas normas morales y legales consensuadas por todos en la democracia. Y si estas no existen o son ineficaces, como ocurre en España, pues tendremos que alzar la voz y llamarnos para consensuarlas y establecerlas de una vez por todas. Esas reglas son las que nos convierten en seres humanos civilizados y capaces de razonar sobre el concepto verdadero de la justicia. Por esa razón creo escribir este blog. Pretendo que sea una llamada a la unión de los más débiles, los que han sido maltratados, humillados y condenados a la exclusión y a la pobreza por nuestros gobernantes codiciosos, injustos e inhumanos. Porque cada día somos más los indignados y en la unión de nuestra cifra está el poder para cambiar las cosas. Porque no importa si es a uno, a un ciento o a miles a  cuantos llegue este mensaje. Porque uno más uno no es dos, es uno mucho más grande y más potente y sumando suficientes unos no habrá muralla que nos detenga. Por dignidad y el deber moral que todos deberíamos tener con todos los que sufren. Y si no lo consigo, al menos lo habré intentado, seré libre y ya no tendré que volver la cara cuando nuestros hijos nos miren, reprochándonos no haber luchado por su futuro y por sus vidas.
 
   Aún así, todo esto quizás no sirva para nada. ¿Quién podría competir con las mentiras televisivas y los anuncios manipulados de los poderosos (y serviles al partido que representan) medios de comunicación? Pero al fin y al cabo qué más da. Ahora que mi enfermedad me impide la rabia física y que la pensión que me pagan me asegura (por ahora) la supervivencia, me puedo permitir ser el niño que siempre quise ser. Un niño travieso exponíendo la verdad de los borrachos de avaricia. Un niño que baila en los ojos y en el corazón del viejo gruñón que os escribe. Un niño que, sin pudor alguno, remueve la mierda de los deshonestos, los hipócritas y los codiciosos y se las refriega por la cara, mientras escribe con palabras el conjuro que logre despertaros a la realidad oculta. Un niño que, a pesar del escepticismo del viejo, aún mantiene la esperanza.

lunes, 3 de junio de 2013

   Hoy me siento algo melancólico, mas esperanzado. Y aunque hay muchos temas sobre los que opinar, hoy prefiero colgar tan sólo un poema con el que pretendo renovar vuestra fuerza en la lucha constante en la que se está convirtiendo nuestra incierta supervivencia. SÍ PODEMOS.


RENACIMIENTO

Llegó el momento de desandar las estaciones,
arrancarte las raíces, desechar lo inútil aprendido,
sumergirte en la pureza de esa lágrima
que rebosa el vientre de la madre, nadar entre corales
y peces de colores, apretar entre los dientes
el tubo del oxígeno y volar,
volar entre dos aguas de vida renovada.

Llegó el momento de cerrar los ojos y creer,
creer en el resplandor oculto en toda noche oscura,
en la verdad del agua clara, en el hombre que dentro
de su pecho abraza a un niño, en quien mira 
con ojos nuevos el misterio del amor, aquel
que asoma desde un pozo y ve el mar, henchido
y frágil, acariciando la piel encendida de la aurora.