lunes, 18 de junio de 2012


EL FIN DEL ANARQUISMO

   Hoy es día 2 y cobro la paga el 3. El mes pasado vino acompañada de una carta de Hacienda: un embargo por los sellos de un coche que abandoné hace más de veinte años, al parecer hay que darlos de baja, me dijo un poeta social que conocí en el encuentro de "Poetas radicales", en Moguer, y cuyo oficio real era inspector de Hacienda. El 7 fue mi cumpleaños y un compañero de anarquismo, de los que piensan que, como yo, nunca se ha de entregar pasta al Capital, vino a celebrarlo a casa. Lo pasamos bien, su idea del arte era anarco-contemporánea y parecía ser absolutamente necesaria para despertar conciencia social. Al día siguiente los billetes guardados entre las hojas del libro de Bakunin habían desaparecido, mi colega me los distrajo y llevaba las venas de su nariz, erosionadas por la farlopa, hacia algún festival de esos “Puerto de Culturas”. No pasamos hambre, nos ayudó la suegra con su exigua paga de viuda. Quizás ella sí.

   Mañana abriré mi primera cuenta bancaria.



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