YO DENUNCIO
Yo denuncio las brutales
acciones de algunos policías y antidisturbios en estos últimos meses. Ha sido
desproporcionada, incluso cruel física y verbalmente, Además cometidas contra
niños, contra menores indefensos. La imagen de ese policía pateando y tirando
de los cabellos a una niña de 14 años debería avergonzar a todo el cuerpo
policial, les deshonra, por eso no entiendo su defensa corporativista y su
asquerosa doble moral, cuando se supone que ellos debieran estar para velar por
los derechos y la dignidad de los ciudadanos, sólo se dedican a exculpar sin
argumentos válidos a sus propios compañeros (también hay benditas excepciones,
no quiero generalizar). Pero señores policías, ayer leí un foro vuestro, del
C.N.P. y sentí frustración y una honda pena. Excusabais vuestras acciones en
supuestas leyes que todos debemos cumplir y yo os digo que no todas las leyes
son justas, que las leyes las crea el que está en el poder, y hay poderes
represores y corruptos que sólo crean leyes injustas que es, para vosotros,
amoral y deshonroso hacer cumplir. No sois lacayos, no sois mercenarios, sois o
deberíais ser la representación del valor, del héroe pacificador, del honesto y
abnegado defensor de la integridad de todos y cada uno de los ciudadanos de
bien que pueblan España. Yo os pido que reflexionéis, porque en vuestra mano
está la convivencia en paz en el cercano futuro de nuestro país.
Yo denuncio a los radicales,
a los instigadores de violencia, a
aquellos que siempre ha vivido de la carroña y por eso necesitan sangre,
a los manipuladores felones que allá adonde
van es solo para reventar algo, a los pobres chicos inconscientes que se dejan
manipular por ellos, a los traidores que en las asambleas dicen ir de buen
rollito y en cuanto empieza la juerga cogen palos, barras de hierro y comienzan
a golpear coches, destrozar cabinas y escaparates, abrir cabezas, a esos
señores que gritan “Muerte a la democracia, viva la anarquía”. A esos señores
les digo que han de entender que son una escasísima minoría y que la minoría
jamás tiene la razón, desde luego no la tienen si en la partida que jugamos,
nos jugamos la vida. Y con la vida de los otros no se juega, muchachos, con la
vuestra haced lo que queráis, pero dejad en paz la vida de los demás.
Yo denuncio a los vendidos,
a los infiltrados, a los perros traidores pagados por el poder. Esos ni
siquiera merecen mis palabras.
Yo denuncio al gobierno del
PP, a los corruptos y a los tan sólo inmorales. En base a su ansia de codicia y
de poder están llevando al pueblo a un sufrimiento sin límites. Con adoración a
Dios, a la rentabilidad del mercado financiero y al estatus de prestigio está
llevando a los ciudadanos a la muerte. El índice de suicidios ha subido de
forma exponencial, con casi cinco millones y medio de parados aprueban por
decreto una reforma laboral que dejará a más personas en el paro y, por tanto,
en la miseria. Dejarán desatendidos a miles de ancianos, enfermos y desvalidos
físicos. Matan de hambre a la población mientras se reparten el dinero con los
bancos. Son unos delincuentes miserables, abyectos y solo les digo que no les
quepa la menor duda de que serán destituidos, juzgados y condenados por el
pueblo.
Yo denuncio a los del PSOE
por ser unos hipócritas, unos mentirosos, unos traidores y unos corruptos
sinvergüenzas que van de señoritos pijas por la vida, cuando no son más que
unos patéticos hidalgos, ladrones de migajas. Tanto boato y tanta mierda, tanto
guateque cultureta y no sois más que unos ladronzuelos de poca monta.
Comisiones por aquí, comidas con los generosos banqueros, venga privilegios
para mí, que yo me lo merezco, que tengo mis influencias y mientras tanto al
pueblo se le lava de vez en cuando la cara y se deja en la estantería más
oscura para que se vaya pudriendo. Sois unos sinvergüenzas hipócritas, seguro
que hoy estaréis en la cabecera de la manifestación.
Yo denuncio a la generalidad
del resto de partidos con representación parlamentaria por inconscientes y por
haber tragado tantos años del pastel de los privilegios sin decir nada. Yo los
acuso de hipócritas también y de irresponsables, porque aún no han sido capaces
de dar una muestra de responsabilidad de Estado y limar asperezas para formar
una candidatura conjunta para derrocar el bipartidismo tóxico de ésta, nuestra
España. Pero claro, ellos siguen a su rollo, soñando con un mayor trozo del
pastel y para nada quieren renunciar a sus inmorales privilegios.
Yo denuncio a los sindicatos
de desleales con los trabajadores, de defender sólo su institución corporativa
y dejar vendido al trabajador a cambio de suculentas subvenciones del estado o
de las entidades financieras. Y ahora tenéis la desfachatez de convocar huelgas
para seguir con vuestra magnífica interpretación teatral. ¡Qué poca vergüenza!
Yo iré a todas las manifestaciones porque hay que ir a todas, pero vosotros,
vosotros no merecéis más que os escupan en la cara.
Yo denuncio la codicia
inhumana de la federación de empresarios en este país, que reciben millonarias
subvenciones del gobierno, mientras despiden, de forma despiadada a millones de
trabajadores, arruinando a sus familias y sus vidas. Ellos siempre quieren más,
más privilegios, más lujos inmorales, más poder, aunque sea sacrificando a
otros seres humanos. Y todo en base a un honor y un prestigio social ficticio y
argumentado únicamente en la acumulación deshonesta de riqueza. Muchos son
asesinos, como los empresarios químicos de Bhopal o los fabricantes de amianto,
otros esclavizan a niños, obligándoles a trabajar de sol a sol por un plato de
comida. Delincuentes de trajes elegantes que entregan sobres a los políticos
para que escriban su guión en toda ley.
Yo denuncio a los buitres
carroñeros de la banca. Los grandes estafadores mundiales: los banqueros y
financieros. Ellos crearon esta crisis y ellos son los únicos beneficiados de
ella, valorando muy por encima de su precio real todos los pisos embargados,
para que, al final de año, los balances contables den beneficios ficticios y
así seguir repartiéndose en dividendos los ahorros de sus clientes. Ellos
tienen guardados en sus paraísos fiscales el dinero de los contribuyentes, mientras
se enriquecen con las deudas de los estados y mantienen al erario público al
borde de la quiebra. Ellos son inhumanos, mezquinos y crueles. Condenan a niños
al hambre, a hombres al suicidio, a mujeres a la desesperación, a familias
enteras a la marginación y a la miseria, al frio mortal de los adoquines, al
acoso inmoral, a la humillación pública, al escarnio social de la vergüenza, al
injusto castigo de los inocentes.
Y, por último, quiero
denunciar a todo aquel que aún no ha salido a la calle, porque mientras no lo
hagáis le estáis dando veda al gobierno para que nos apriete más y tenemos un
presidente monigote cuyos hilos mueven otros. Otros, señores, que lo quieren
todo, su ambición es incontenible, y más tarde o más temprano a usted le
llegará el momento, una llamada del banco, un despido inesperado, una
enfermedad, etc… O le tocará a su hijo, a su tío, a su vecino y comenzará a
sentir el frío, un frío insoportable y se dará cuenta de que está solo, o sola,
porque los demás, al igual que usted antes, tienen miedo a que les vean, a
mancharse, ante los que aún pueden aparentar, de los que ya son capaces de mostrar
públicamente su dolor. Yo le digo que no tema al contagio, que es nuestra
unidad lo único que logrará cambiar nuestro destino y en nuestras manos
enlazadas está lograrlo. No lo piense más, únase a nosotros, defienda sus
derechos, los mismos derechos de todos.
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