LA
CEGUERA OLIMPICA
¿Cómo pueden estar tan
ciegos estos condesitos del PP? ¿O es que son unos inconscientes delincuentes
que se creen superiores al resto de los mortales? ¿Cómo pueden tener la desvergüenza de querer organizar unas olimpiadas
en Madrid, tal y como está el patio y el país? ¿Tan ávidos de notoriedad y
grandeza glamorosa están? ¿Tanta venganza y ambición albergan en su interior,
tras ocho años invisibles en la sombra? ¿O no será más que una mera cuestión de
negocio? ¿No estarán pensando en reactivar la burbuja inmobiliaria? Ya saben,
ese espejismo que nos ha traído hasta aquí. ¿No se dirán entre ellos….?
¡Tenemos que ser competitivos para poder ganar más! Y estén pensando en la
eterna cuenta de la abuela. Bajamos los salarios, aumentamos las horas de
trabajo, elevamos la productividad subiendo la demanda de empleo y liberando el
despido, vamos ya hablando con los bancos, preparando los chanchullos y… ¡ya
está!, se dirán, entre sonrisas y entrantes, mientras huelen desde la lejanía
el dulce aroma del dinero. Y para desviar la atención, el impresentable de
Montoro nos presenta su aviesa reforma fiscal. Nos habla, queriendo dar ejemplo
de honestidad, de su plan estratégico para combatir el fraude y la economía
sumergida. ¿Qué economía sumergida?, les pregunto yo. ¿Será esa economía
sumergida en el inexorable mundo de los paraísos fiscales de la que hablan?
Pero no, ellos se refieren al pobre ciudadano, que hacinado de deudas, se busca
la vida a diario, porque ya todo lo que le ingresan en el banco se lo embargan
y, aunque lo siente, tiene que comer.
¿Cómo pueden ser tan
insensibles, tan inhumanos estos señores del PP? ¿Se piensan que son puros y
jamás serán condenados? ¿Que serán salvados por su devoción a la iglesia? ¿A
su, en muchos casos, amado Opus Dei y a su fidelidad a las buenas costumbres? Ya
saben, ese dicho tan usado por nuestro Presidente/Bufón de “Hay que hacer las
cosas como se deben hacer”. ¡Lo que hay
que hacer es todo lo contrario!, a ver si se enteran de una vez. Hay que dejarse
ya de tantas pamplinas diferenciadoras como el concepto de prestigio o la
tontería snobista de las escalas sociales. El pueblo ha de despertar, ha de
reconocer su problema para comenzar a solucionarlo. Y su problema no es la
crisis, es que están saqueando su país y no hace nada para evitarlo. Las encuestas
lo demuestran. En 2011 la venta en los supermercados cayó en picado, pero en las tiendas de
artículos de lujo subió un 30%. Se vendieron casi un 20% menos de vehículos
utilitarios, pero la venta de coches de lujo subió un 33%. Lo sabemos, lo
estamos viendo a diario, ellos no tienen pudor y se pavonean de ello ante
nosotros. ¿Y nosotros qué?, seguimos llamándoles “Señor” o “Don” en base a un
falso y ficticio prestigio.
¿Cómo podemos estar tan
ciegos y no ver lo que hay detrás de las maquiavélicas palabras de la hipócrita
Botella? Mano de obra barata, grandes obras mayestáticas, voluntariado
obligatorio a través de las listas del paro, hoteles de lujo para sus
amiguetes, esclavización de los
trabajadores, palmadas y abrazos celebrando los éxitos, más familias en la
miseria, cotos cerrados en las ciudades, angustia desmedida, la victoria de
unos pocos, el miedo hasta en los huesos, la ostentación del poder, el dudar de
si habrá salida, el mientras ande yo caliente que les den por el culo a la
gente. El dolor. El grito airado. La rabia incontenible. LA EXPLOSIÓN.
¿Cómo pueden estar tan
ciegos estos condesitos del PP? ¿Acaso no ven que el pueblo ya no aguanta más?
Qué está llegando al límite.
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