¡YA ESTÁ BIEN!
El gran error del PP es su ceguera, su prepotencia, su
absoluta convicción de ser inmunes y, sobre todo, su torpeza. No aprenden de
sus propios fallos. Perdieron las elecciones generales de 2003 porque el pueblo
comprendió que le mentían. A pesar de tener unas encuestas muy favorables, tras
el atentado de Atocha y las imágenes de señor Aceves dirigiéndose al pueblo
para decir que el atentado era obra de ETA, las perdieron de forma clamorosa.
¿Por qué? Porque el pueblo no es tonto y cuando descubre que le mienten suele
castigar en las urnas. Ellos lo saben, entre sus filas deben tener buenos
analistas, lo que ocurre es que están ciegos de ambición y están tan
endiosados, tan convencidos de ser ley divina todo aquello que sale de sus
bocas, que acaban autoengañándose y persuadiéndose de que todas sus mentiras
son la única verdad. Pero olvidan que el pueblo no es tonto y es imposible que
se le engañe eternamente. Ya han comenzado.
Primero nos dicen que el anterior gobierno falseó el
déficit y que la cosa está infinitamente peor de lo que anunciaba Rubalcaba y
ahora resulta que se le llama la atención desde Europa al nuevo gobierno
español por haber falseado los informes aumentando el déficit público y así ir
preparando a los españoles ante las reformas que piensan emprender y, encima,
eran sus comunidades autónomas, como Madrid y Valencia, las que tenían
falseados sus balances. Luego nos dicen que su principal obsesión es la
generación de empleo y bajo esa consigna sacan la reforma laboral que, en
realidad, facilita el despido y no beneficia más que a los empresarios y
convierte a los trabajadores en semiesclavos pagados con un sueldo de miseria.
Y ahora nos anuncian a bombo y platillo el dulce de la dación en pago, cuando
todo es mentira, no hay ley efectiva que la respalde y todo se deja en manos de
la buena voluntad de los banqueros y la lucha contra el fraude fiscal, cuando
la realidad es que perdonan a los grandes prevaricadores y persiguen al pobre
que intenta mantener a sus hijos a base de chapuzas.
¿Qué será lo siguiente? ¿Pero qué se creen? ¿Qué el
pueblo es gilipollas? ¿Qué todos somos retrasados mentales y ellos, seres
superiores, pueden dominarnos a voluntad? Ese es su gran error. Ese juego no
les puede durar eternamente. Llegará el día (y creo que será muy pronto) en el
que la ciudadanía despertará. No es más que cuestión de tiempo. La mierda
siempre sale a la superficie y el olor de la podredumbre se extenderá y nada
podrán hacer para evitarlo. No se puede engañar al pueblo eternamente. El
pueblo abrirá los ojos y comprenderá. Y llegado ese día tendrán que pagar las
consecuencias.
Por otro lado, en el PSOE, van de chicos guays y
solidarios de la película. Ante la que está cayendo muestran su falsa sonrisa
profiden y, con teatralizado semblante de preocupación, dicen que nos
comprenden, que no es justo acabar con los derechos logrados con sangre durante
generaciones, que la reforma laboral es un atentado contra los derechos
humanos, que se está pisoteando la dignidad de trabajador, que todos los trabajadores
tienen derecho a un buen ambiente laboral y a un salario digno. Y digo yo: ¿Se
referirán a estar cómodamente sentados en el parlamento y cobrar 47 mil euros
mensuales por no hacer nada, como su Leire Pajín? El nivel de hipocresía del
PSOE es superlativo. Comprendo vuestro sufrimiento y me solidarizo con vuestro
dolor, nos dice, pero a mí que no me toquen los privilegios ni mi pensión
vitalicia por ¿currar? un par de legislaturas, nos callan. Son unos
sinvergüenzas, inmorales y deshonestos que también nos toman por tontos y al
que también el pueblo sabrá castigar. ¡Con qué altanería hablarán de nosotros,
el humilde y desgraciado pueblo, en las reuniones que mantendrán en sus
exclusivos clubs de golf! Son tan execrables como los otros. Ratas ambos de
diferente pelaje.
Esto, señores, no es una batalla PP-PSOE. Ni tan
siquiera es una lucha de izquierda contra derecha. Esto es un pueblo
avasallado, humillado, que no se va a dejar masacrar por unos cuántos señoritos
cortijeros, que se creen dueños y señores de todos nosotros. ¡Ya está bien! ¡No
se lo permitamos más!
Estoy totalmente de acuerdo, pero ¿para cuando el despertar del pueblo?
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