VUELVE LA REALIDAD
Ya va pasando la resaca. Estuvo bien eso de
sentirnos conquistadores durante unos días, pero la sombra negra de la realidad
vuelve a impedirnos ver el sol. La prima de riesgo vuelve a subir, la bolsa sigue
con su descenso hacia el infierno, los jubilados son castigados por estar
enfermos, el paro se ha disparado en mayo (ya somos más de cinco millones y medio), y llegar a final de mes será aún
más duro con las subidas de la luz, el gas, los transportes, el iva… Una
pelotita entre 22 jugadores nos ha hecho felices, nos ha hecho soñar, pero tan
sólo ha sido eso, un sueño breve que en nada ha influido en nuestras vidas
cotidianas. Seguimos sin poder comprar a los niños los zapatos y temiendo
quedarnos en la calle, desvalidos, cualquier día.
Ellos, nuestros políticos, no tienen esos
problemas ni temores. Los del gobierno han disfrutado al máximo. Han viajado,
evitando el molesto humo de los incendios, y han saludado a los
gladiadores. Se han hecho la foto de los
vencedores, no sin darse de hostias entre ellos, imagino, por conseguir el
mejor lugar. Han disfrutado de opíparas cenas y de hoteles de 1000 euros la
noche a costa del Estado y han vuelto directamente a la orilla del
Guadalquivir, donde se celebraba un nuevo congreso del PP, que se está muy a
gustito en las terracitas de Triana. Y allí, cara al público, nos han dicho lo
de siempre: que el país está muy mal, pero lo levantaremos entre todos; que
habrá nuevas medidas muy duras, pero que son necesarias e imprescindibles; que
es necesario acabar con el fraude fiscal de la economía sumergida entre
chapuzas; que necesitamos una gestión más eficaz y transparente en nuestras
instituciones públicas; que es imprescindible mantener el estado de bienestar y
que son básicas la confianza y la colaboración entre los ciudadanos y el Estado
para solventar nuestra crítica situación.
Sin embargo nada cambiará, porque todas las
palabras del gobierno están vacías o, simplemente, rebosan de sarcasmo e hipocresía. No
existe intencionalidad alguna de arreglar esto entre todos cuando a los
pensionistas, enfermos crónicos, se les hace pagar sus medicinas y a las
grandes fortunas, en cambio, no se les impone un impuesto, como han hecho en
Francia y otros países. Cuando las medidas imprescindibles siempre acaban convirtiéndose
en grandes injusticias sociales, como abandonar a un anciano que no puede
valerse por sí mismo, mientras se conceden subvenciones a escuelas y hospitales
privados. Cuando se persigue, como si fuera un delincuente, al “manitas” que
trata de alimentar a sus hijos buscándose la vida como puede, mientras a los grandes empresarios
defraudadores se les premia con la amnistía fiscal. Cuando en las instituciones y empresas del
Estado se enchufa a familiares y amiguetes ineptos y se ocultan trapicheos, se
archivan causas abiertas nocivas para el partido y se coacciona a jueces y
policías para que no investiguen lo propio, pero si atosiguen al enemigo.
Cuando desde la Fundación FAES, que preside José María Aznar, se aboga por modificar
el estado de bienestar para que los ciudadanos paguen los servicios sociales
que reciben "en función de su renta", en lugar de utilizarlos
"gratis o casi gratis". Cuando no confían ni entre ellos y se
apuñalan por la espalda en cuanto pueden.
Hoy seguirán las
facas al aire, entre el PSOE y el PP, por el tema de los EREs de Ferraz y la
filtración del expediente, desde el Ministerio de Empleo, exactamente, desde el
fax de la ministra Fátima Báñez, al periódico La Razón. Un delito, el de la revelación de datos, que tanto persiguen por otro lado. También hoy ha sido destituido Enrique Rodríguez Ulla,
el comisario general de la policía judicial. Parece ser que a los altos cargos
de interior no les ha sentado nada bien que este hombre iniciara una
investigación sobre Ignacio González, el número 2 de Aguirre en la Comunidad de
Madrid, acerca del lujoso ático de 400 m2 que éste dispone en Marbella. Y
tampoco le ha gustado que no haga nada para frenar las investigaciones sobre el
caso Gurtel. Al parecer sufría
coacciones por parte del SUP para hacer lo contrario, ya que lo presionaban con
hacer público un trato de favor hacia su hija, becaria del Banco de España. Seis
meses le ha durado el nombramiento por parte del PP al comisario y ahora dicen
que lo echan por falta de confianza, cuando no hay un sólo pájaro de estos que no tengan manchadas las manos por la porquería de la corrupción moral y económica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario