martes, 2 de abril de 2013

DUDAS: EL SANO EJERCICIO DE PENSAR

   A veces me pregunto si sirve de algo mantener este blog. Porque sí tengo una cosa clara: si en lugar de haber escrito las casi 300 entradas que llevó colgadas en él, hubiera invertido ese tiempo en crear una obra de ficción, ya, posiblemente, tendría una novela más terminada. Pero no, enseguida me revelo diciéndome a mí mismo que eso sería un acto terrible de egoísmo en estos tiempos tan necesitados de co-fraternidad. Yo lo estoy pasando mal, al igual que muchos, y otros muchos, aún peor que nosotros. Al menos yo todavía puedo pagar el piso, las facturas de agua, luz e internet, y comer, sobre todo comer, porque ya casi tres millones de españoles apenas se lo pueden permitir. Por ellos, y por nosotros, he de seguir manteniendo vivo este blog. Si estamos empeñados en seguir siendo erizos, necesitando compartir el calor de nuestros cuerpos para permanecer vivos, pero hiriéndonos por la espalda en cuanto nos acercamos el uno al otro, alguien tendrá que ocuparse de arrancar todas las púas. Sé que una pequeña gota no hace un mar, que es de iluso imaginarse un altavoz inmenso que llegara a cada pequeño rincón de este país y, además, soy consciente de que, incluso llegando, tampoco serviría de mucho, pues la púas están enquistadas en nuestra confundida (por el fanatismo ideológico) esencia visceral, soldadas, como un doliente y pesado acero, a nuestros frágiles esqueletos, y también sé que las palabras nada podrán hacer frente a púas alzadas como espadas. Pero ¿qué hacer entonces?
   ¿Qué hacer, entonces, en este mundo tan loco y disparatado? Un mundo en el que se permite, legalmente, que psicólogos infantiles trabajen en corporaciones comerciales para incentivar el deseo superfluo y promover el consumo y la destrucción de la naturaleza (ahora los niños pasan horas frente a las pantallas televisivas e informáticas, sólo conocen la naturaleza a través de las pantallas, ¿cómo se van a preocupar de lo que no conocen?); un mundo en el que los docentes están más pendientes del adoctrinamiento ideológico que de incentivar a los niños a qué piensen e investiguen por sí mismos; un mundo en el que los padres piensan que lo mejor para sus hijos es otorgarles privilegios sin preocuparse por su educación; un mundo en el que los periodistas triunfan cuando derriban al contrario, aunque sea inventando una maquiavélica verdad; un mundo en el que los adultos no pensamos, no nos hacemos preguntas, solo bregamos en la selva financiera, con el machete entre las manos, cortando cuellos si fuera necesario, como si nos estorbara la frondosa podredumbre del camino; un mundo esquivo, huraño, de falsas imágenes, de labios hinchados de botox y ojos colmados de rabia o de soberbia.
   Sí, soy un iluso empedernido, porque de antemano sé que, hoy en día, las palabras sólo llegan a través de un marketing pre-estudiado por las mentes de la conspiración y sus psicólogos bien pagados. Se acuerdan del tipo que se hizo millonario vendiendo colgantes de chupetes de cristal… ¡Compre!..., en todas las pantallas… ¡Compre!..., a todas horas. Y, al final, ese inútil chupete de mierda se convirtió en algo fundamental para millones de ciudadanos de este país. Y el que más chupetes mostraba, colgado de su cuello o muñecas, era el admirado triunfador. Quizás, muchos jóvenes no lo recuerden, porque de eso ya han pasado unos añitos, pero puedo asegurarles que hoy poseen muchas mierdas como aquella, aunque estas no tengan forma de chupete. Entonces sólo fue el comienzo, la llovizna, hoy estamos en pleno diluvio y muy cerca de la definitiva inundación. ¿Qué hacer, entonces? ¿Jugar al mismo juego? No. Rotundamente no. ¿Escribir otra novela? ¿Volver a presentarme a premios? ¿Perder mi tiempo en algo tan inútil? No. Si ya sé que en ese mundo tampoco están dispuestos a la transparencia de la realidad, Allí sólo se valora, como en tantos otros ámbitos, la productividad económica del objeto, el producto final y no las palabras que contiene, la rentabilidad del marketing (hasta los Fabios y los Garzones, exponentes claros del 15M en su momento, entenderán de qué les hablo), pero las ideas, las ideas no importan, porque el propio negocio se encarga de matarlas, convirtiéndolas en efímeras frente al lanzamiento de un nuevo producto financiero. No, yo lo prefiero así, gratis y abierto a todos, recorriendo el espacio virtual que visitamos tantos y tantos que ya no podemos disfrutar en sus fiestas, ni comprarnos un libro porque antes está el comer, esa necesidad tan molesta. No. Seguiré con el blog, y espero no volver a tener dudas, porque no existe nada mejor en estos tiempos que practicar el sano ejercicio de pensar.

2 comentarios:

  1. SI ESTO DE PENSAR LO HICIÉSEMOS TODOS A DIARIO LLEGARÍAMOS ANTES A CONCLUSIONES QUE HACE MUCHO QUE ESTAN AHI PERO QUE NADIE RECUERDA...COMO,POR EJEMPLO,¿PARA QUE NOS SIRVEN LOS POLÍTICOS,LA IGLESIA, LOS EMPRESARIOS CORRUPTOS,EL DINERO...?,SERÍAMOS DE NUEVO HUMANOS DE VERDAD,Y DIGO DE VERDAD REFIRIÉNDOME A "LA CALIDAD HUMANA",ESA GRAN PIEDRA ANGULAR PERDIDA EN ALGÚN LUGAR DE NUESTRO CEREBELO, Y NO LA FARSA DE NOSOTROS MISMOS QUE SOMOS AHORA...SALUDOS.

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  2. Gracias, Virginia, por tu comentario. Nada que rebatirte. Tienes toda la razón.

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