TITULARES Y PREJUICIOS
Uno de los mayores vicios que tienen los españoles es el de prejuzgar las intenciones del contrario, sin haber
establecido un seguimiento de las acciones desarrolladas por éste. Es decir, la
mezcla de desconfianza sin indicios que la motiven y el prejuicio que se tiene
a cualquier información en su conjunto. No leemos las noticias de la prensa,
sólo atendemos a los titulares, despreciando las matizaciones sobre lo real y
tergiversando o manipulando su contenido explicito en función de nuestros propios intereses o
los del partido con el que simpatizamos. Y no existen excepciones ideológicas
en este terreno. Todos, absolutamente todos, adolecen de la misma perversión de
la verdad, tanto los de derechas como los de izquierda. Un ejemplo claro lo
tenemos en esta noticia (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/08/06/catalunya/1344281559_320422.html)
en la que bajo el titular “Girona sella los contenedores de basura para evitar
que se busque comida en ellos” de El País en Cataluña, se explica con claridad
que el consistorio ha llegado a un acuerdo con varios supermercados mayoristas
para que los alimentos caducados sean donados a un banco de alimentos básicos y
alrededor de los contenedores se colocarán a agentes municipales con vales que
repartirán entre los pobres que se dirigen a dichos contenedores a diario para
la búsqueda de alimentos, explicándoles cómo dirigirse al local en el que podrán
canjear sus vales por comida. Bien, hasta aquí todo perfecto, al menos lo creo
yo, porque es evidente que se evita que la gente más necesitada tenga riesgos
de infección y también se les alivia la continua humillación pública de sus
desgracias. Sin embargo, cualquiera que pierda algo de su tiempo en el
seguimiento de la noticia a través de las redes sociales de internet podrá comprobar con facilidad y sorpresa que los comentarios al respecto son todos de índole similar, catalogando como
seres despreciables e inhumanos a los gobernantes del ayuntamiento de Girona
(ni sé qué partido gobierna en él, ni creo que tenga importancia en cuanto a la
consideración de esta noticia) porque supuestamente impiden a los
ciudadanos más desfavorecidos la básica necesidad de alimentarse de la basura.
El rechazo a la plenitud matizada de los conocimientos nos está llevando hacia
una deriva muy peligrosa, porque esta actitud genera odio sin motivo o causa,
simplemente generado por el rechazo a todo lo del contrario y el océano de
ignorancia en el que parece haber escogido navegar la inmensa mayoría de los
españoles. Y aún peor, acabamos defendiendo injusticias sin saberlo, estando
falsamente convencidos de que somos los más solidarios del planeta. ¿O es que
queremos que los más miserables del planeta sigan alimentándose eternamente de
las basuras? Recuerdo el caso de un ciudadano alemán que visitó Funchal (Madeira), allá
por los años 70 y pudo comprobar cómo el número de niños abandonados en la
ciudad era inmenso. Llevado por su altruismo humanitario compró un caserón con
un huerto relativamente grande y allí dio cobijo a los niños abandonados, les
dio la oportunidad para estudiar y en su tiempo ajeno a los estudios les
enseñaba a cultivar el huerto para conseguir ser autosuficientes
alimentariamente. Sin embargo, década y media después aparecieron por allí los
defensores de los derechos de los niños y denunciaron al filántropo alemán,
según ellos, por explotación laboral infantil. El resultado fue el
cierre de la residencia para chicos abandonados y la vuelta a la mendicidad en
las calles para los muchachos. ¿Creen ustedes que aquel fue finalmente un acto
de justicia?
Ojalá todas las grandes
corporaciones alimentarias tomasen conciencia (algo que se me antoja muy
improbable, teniendo en cuenta que sus beneficios nacen de la especulación y
acaparación alimenticia) y donasen todos sus alimentos a punto de caducar a los
ayuntamientos de nuestras ciudades. Sería una buena forma de mitigar el hambre cruel al
que muchas familias y niños de este país están condenados por culpa de los
gobiernos neoliberales (PPSOE) a los que hemos estado sometidos en la última
década. Otra cosa es que luego, según la eficiencia y el desarrollo de los
programas que se puedan llevar a cabo desde las corporaciones locales, podamos
criticar o podamos sugerir mejoras. Pero todo eso lo podremos comprobar con el
tiempo y la fehaciente constatación de la verdad, nunca a través de la fanática objetividad de un simple titular de prensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario