EL PIRÓMANO
Yo sólo quería escapar. Salir de aquel colchón
y respirar aire fresco. Avanzar hasta la puerta de salida y trepar por las
paredes del pasillo. Tocar el techo y bajar de nuevo al suelo. Abrir la puerta
de las habitaciones de invitados y observar sus caras sorprendidas mientras
gritaban: ¡Fuego! Y correr de nuevo, correr o volar hasta extinguirme.
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