miércoles, 3 de octubre de 2012

POLÍTICAMENTE INCORRECTO

   Ni la actual dictadura económica de los mercados, ni la dictadura de la burguesía fascista (Hitler asesinó a más de 6 millones de inocentes), ni la rabiosa dictadura del proletariado (Stalin asesinó a más de 20 millones de inocentes). Ninguna forma de dictadura. Ni fascistas antidemocráticos cantando cara al sol, ni anarquistas antidemocráticos gritando ¡Muerte a la democracia! No existe un sistema más libre y justo que el democrático. Eso sí, un sistema democrático real y no la porquería chapucera que tenemos ahora, que privilegia a los ricos y explota y humilla a los pobres. Hasta que no comprendamos eso no podremos iniciar una verdadera revolución política y social en este puñetero país. Hasta que no comprendamos eso no podremos ser capaces de dialogar sin matarnos. Hasta que no comprendamos eso no podremos aspirar a convertirnos en un país civilizado.

   Ya esta bien de eufemismos, señores. Señores del gobierno y señores de la protesta en las redes sociales, señores de la prensa y señores del submundo underground, señores de la insidia y señores del victimario más patético, señores de la heroicidad impostada y señores de la traición. Llamemos a las cosas por su nombre verdadero. Escaramuza, me cago en tus muertos, perro policía, ven aquí niñato que te voy a mandar al colegio de una hostia, violencia, ahora empujo yo, retrocedo, y vuelvo a empujar y si me encuentro a alguien en el camino le piso la cabeza, golpes de porra en el cuero cabelludo, le tiró una piedra al mercenario y si me llevo a una vieja por delante que se joda, golpes a diestro y siniestro sin discernir quienes son la víctimas, los inocentes que caerán por el camino, discusiones, perros, niñatos, mercenarios, sed de sangre, aquí nadie es más chulito que yo, escarabajos con coraza de magnesio, ratas encapuchadas, lobos rabiosos y peludos, cualquier eufemismo es válido para deshumanizar, ¡qué fácil es matar a los insectos, a las alimañas nocivas para la sociedad! Unos y otros ya han comenzado, luego vendrá el loco de los tanques o el que coloca explosivos en los lavabos de las cafeterías, el general mesiánico que se creerá obligado a salvar la patria o el que se cree designado por la conciencia de la humanidad para librar al mundo de los carroñeros del mercado o la política y estallarán la bombas, las balas, los sables, los cuchillos de cocina, las escopetas de caza y el asfalto se convertirá en un huerto maldito donde sólo florecerán los muertos. ¿Es eso lo que queremos? ¡Despertad!, pues eso es lo que tendremos si seguimos justificando lo injustificable: la violencia. Y preparaos, porque luego vendrán otras palabras que muestren la cruel verdad sobre la ingenuidad o perversidad de los eufemismos. Y las oiréis como se oye el crujir de los huesos al partirte una pierna o como se siente la punzada de una daga en el corazón. Muerte, la de tu padre, tu hijo o tu hermano. Violación, la de tu madre o tu nieta. Sangre, la de tus amigos, la de los hijos de tu vecino. Estés en el bando que estés. Hambre, la que sufriremos todos. Decepción, la que sentiremos todos al comprender que en una historia así no existen vencedores. Perdida total de la fe en el ser humano, que a muchos poco nos importa ese Dios tan exageradamente publicitado. Locura, nuestra verdad frente al espejo. Verdad, nuestro abyecto rostro de asesino.

   Estoy hasta los huevos de tanto necio. Si digo que no a la violencia represora injustificada de la policía del Estado resulta que soy un antisistema. Si digo que no a la violencia exacerbada e injustificada de individuos y grupos organizados frente a esa misma policía, resulta que soy un puto fascista. Ignorantes manipuladores de mierda. Soy un hombre de paz, que cree posible el diálogo con las personas en paz, aunque nuestras ideologías sean distintas. Que cree en la capacidad del hombre para llegar a acuerdos y en la colaboración de todos para construir un mundo mejor en el que la vida sea el mayor milagro de la existencia y, como tal, lo celebremos continuamente en concordia, en armonía, en igualdad. Iros al carajo todos los que me insultasteis ayer tras mi artículo “Sin porras ni sables”, iros al carajo, opositores al asesinato gratuito. Y me importa una mierda si sois de derecha o de izquierda, porque en realidad sois iguales, unos indeseables dictadores en vuestro interior os dictan vuestro proceder y vosotros, sumisos hipócritas, hacéis cuanto ese otro yo vuestro os ordena. Sin reflexión, sin pensamiento propio, sin la capacidad de razonar las cosas no sois nadie, tan sólo borregos de carroña y podredumbre que, además, sois tan estúpidos que estáis convencidos de ser lobos.

1 comentario:

  1. CON DOS COJONES,COMPAÑERO DE SUEÑOS IMPOSIBLES...NADIE TIENE DERECHO ALGUNO SOBRE NUESTROS IDEALES,CADA CABRA QUE TIRE PA´SU MONTE Y DEJEN A LAS POQUITAS QUE ESTAMOS DESCARRIADAS BUSCAR NUESTRO PROPIO CAMINO.

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