jueves, 28 de febrero de 2013

CERDOS Y MARGARITAS

   Recuerdo como hace algunos años, cuando la economía fluía como un río constante y sin cataratas que despeñasen sus aguas, en una comida familiar, mi sobrino de 22 años le espetó en la cara a su padre: “Si tú me has engendrado, tú tienes la obligación de pagármelo todo”. Claro que no se expresó con esas palabras, en vez de engendrado dijo “parío”, por ejemplo. Normal, abandonó la escuela sin llegar al bachillerato y su vida consistía básicamente en levantarse a mediodía, almorzar, estirarse unas horas en el sofá y, luego, salir de marcha hasta la amanecida; al igual que un inmenso número de jóvenes coetáneos. Eran tiempos extraños, demasiado locos e irresponsables en los que, mientras durase la fiesta, todo estaba permitido. Nunca olvidaré la imagen televisiva de Su Majestad, la entonces fulgurante Sofía, Reina de España, entregando el talón a los vencedores de las exitosas galas de Operación Triunfo, mientras les decía con voz melosa: “Sois todo un ejemplo para la juventud de España”. Chavales y chavalas que habían abandonado sus estudios a la mitad del curso para jugarse el futuro por el efímero sueño (a excepción de Bisbal, claro está) de convertirse en cantantes famosos. Eso era lo que nuestra reina premiaba con sus palabras, y lo hacía públicamente en la televisión mientras el pueblo, obnubilado por el aura del famoseo, aplaudía enfervorizado y alienado. Así hemos llegado a estos lodos, a esta ciénaga apestosa en la que ahora nos estamos ahogando sin remisión.
   Mi sobrino es sólo un ejemplo, pero un ejemplo que confirma nuestro negro devenir. ¿Qué podemos esperar de una juventud así? (Y, ojo, no digo que todos sean igual, pero si miráis las estadísticas de fracaso escolar no tendréis más remedio que darme la razón). Es por ello que, a veces, cuando asisto a las manifestaciones de protesta, acabo también indignado con la ceguera de parte de esa juventud que nos acompaña con sus pancartas. Recuerdo una que decía: “Nos habéis dejado sin nada y ahora lo queremos todo”. Pero si con su edad es imposible que hayan conseguido casi nada ¿cómo es posible que ya se lo hayan quitado todo? ¿No será que muchos aún no se han enterado de qué va ésta fatídica película? ¿No será que aún siguen con el chip instalado en sus cabezas de que para conseguir tan sólo has de pedir, eso a lo que tan mal los han acostumbrado sus padres en décadas de bonanza?
   En la joven España democrática la educación pública siempre ha estado dirigida por gestores de la administración y funcionarios de la misma. Y es evidente que se han preocupado más por sus propias condiciones laborales que por la efectividad de los métodos usados. Nunca se ha contado con los padres, nunca se les ha obligado a participar en el desarrollo educativo de sus hijos, a sabiendas de que nada puede tener más importancia en el resultado de la humanidad y su civilización. Esa es la gran grieta que está desmoronando el edificio del Estado español. Los profesores tienen que enseñar y educar, mientras sus padres compiten en la selva de las cifras y el cemento. Y los papás aún siguen (el que puede, claro) dedicándose a comprar el cariño de sus hijos con caprichos inmerecidos. Y ahora éstos lo quieren todo, sin ser capaces de comprender que siempre fue necesario esforzarse si pretendes conseguir algo. Ya el mono no quiere subir al árbol, se ha acostumbrado a esperar que el fruto caiga en sus manos ya maduro.
   No obstante, podríamos albergar alguna esperanza si se detuviera la emigración de jóvenes cerebritos hacia países de economías más holgadas y que, en muchos casos abandonan nuestro país por el desprecio con el que los trata. Personas que sí se han esforzado, y mucho, y nunca han recibido nada, tan sólo el ostracismo y polillas de miseria. Jóvenes que son responsables y qué tienen grandes ideas con posibilidades de mejorar nuestro futuro y que, sin embargo, se les condena al silencio y al exilio. Frenar la atroz sangría de conocimiento que se pierde por las fronteras de nuestro país; de conocimiento, de constancia y de inovación renovadora, precisamente aquello de lo que más necesitados estamos. Esa sería nuestra única esperanza: detener el avance del neosalvajismo, si no queremos morir viendo en la tele como los cerdos se meriendan día a día nuestro país, mientras nuestros hijos siguen soñando con margaritas.

miércoles, 20 de febrero de 2013

A GOLPE DE MORBO Y ESCÁNDALO

   No veas si os pasásteis con los ERES, Pues anda que vosotros con El Gurtel, Ya… pero tu más, Anda ya… si con lo del Correa ya superáis todo lo nuestro, Shhh… a callar y a ocultarlo todo bajo más mierda… que vienen las elecciones (ambos a la vez).  Y mientras tanto ¿quién se encarga en este país de la política?
   Ayer, aprovechando la convocatoria de huelga de los jueces de hoy, la Pah de mi ciudad se acercó por el despacho del decano provincial de justicia. Querían mostrar su apoyo a la huelga y unirse a la convocatoria, con la intención de presionar un posible cambio de nuestra ley hipotecaria. El jefe de los jueces los recibió muy bien, con gran afabilidad, pero declinó la propuesta, pues no le parecía adecuado mezclar churras con merinas. Como ya saben, el ministro Gallardón parece tener la intención de rectificar (él quiere convertirse en santo y todos los que han llegado a serlo lo hicieron alguna vez), reconoce que se extralimitó en el tema de las tasas, pero… a saber si no está por detrás la idea de concederles nuevamente lo quitado en cuanto a la descarga de trabajo, manteniendo a los pajes de los flamantes adalides de la justicia, amén de mantenerles sus holgados sueldos y  dietas, y a cambio les exija que comiencen a sumirse en una profunda amnesia en cuanto a los malos de su partido.
   La tele y los periódicos van a lo suyo. Al Money, Money, Money, como diría Pink Floyd. A proyectarnos cada día una película cada vez más escabrosa y morbosa, con un resultado fabuloso en la taquilla. Por fin se habla de política en los medios, dirán algunos. Pero esto no es política señores, esto es circo y esperpento. ¿Qué diferencia hay entre los programas de hoy que versan sobre política y la putrefacta ignominia de los “Tomates” del pasado? Yo no veo ninguna. Ya nadie habla de la prima de riesgo, ni de cómo solucionar el paro, ni de reconstruir la industria, ni del hambre de casi un millón de niños, ni de si es posible arreglar España. Aquí cada uno se preocupa de su problema más inmediato y, entre políticos, ese suele ser seguir manteniendo su estupendo nivel de vida y mantener secreta su privacidad. Y es sabido que cuando las cosas se ponen feas, nada hay mejor que darle la vuelta a la tortilla.
   Ahora los criminales resultan ser los vigilantes y no aquel que comete el delito. Sí, ahora los criminales más abyectos resultan ser los detectives de Método 3, ¿quién será el siguiente?... ¿el policía que los vigila, el periodista que intenta descubrir, cualquier ciudadano que se atreva a hacer alguna pregunta improcedente? Y no existe medio de comunicación en España que no ansíe tener acceso a los famosos informes de los espías catalanes. Ya ven, esta es la forma de pensar que tienen los señores que nos gobiernan: Si quieres defenderte, nada es mejor que atacar. Si quieres que tu mierda no te llegue al cuello, cágate directamente en el cuello de otro y verás como el morboso público que nos observa girará el cuello para deleitarse con la asfixia del otro. Y si el otro nada tiene que ocultar, pues te lo inventas y lo repites muchas veces, que el pueblo es tonto y, con el tiempo, llega a creerse hasta lo más imposible de creer.
   Lo más penoso de todo es la oportunidad que están perdiendo los periodistas de ayudar a su país. Deberían hacer un ejercicio de memoria histórica y recordar lo importante que ellos fueron en la transición democrática de este país. Deberían copiar el ejemplo de aquellos periodistas de entonces, cuando jugándose la vida en muchas ocasiones, mantenían su integridad impoluta, prevaleciendo siempre la verdad por encima de sus intereses económicos. Entonces, lo importante era la noticia y el cambio social que esta podría producir, y no la victoria del grupo “ideotorial”. Antes, los periodistas eran gente sangre, ahora son sólo gente pared, temerosos de que alguien pueda colocarse a sus espaldas. Ya no les queda ni vergüenza.
   Sí, ya todo es circo, un sombrío esperpento en la penumbra del escenario. Pero entonces… ¿quién se encargará de la política en este país?

lunes, 18 de febrero de 2013

LOS GOYAS DESAHUCIADOS

   El champán burbujeante y los sopapos dialécticos no tienen por qué estar reñidos, dice Borja Hermoso en su artículo del país. Acaso por eso, tras la finalización de la manifestación en favor de la paralización de los desahucios, se descorchó el champán, entre canapés de caviar y pistacho, tras el escenario de los Goya. En el escenario no, que podría malinterpretarse. El escenario está para hablar de los muertos, esos pobres desgraciados que se han visto obligados a volar sin alas tras inviernos sin mantas ni calefacción. El escenario está para elevar el puño más zurdo por encima del vestido de gasas y frufrú y proferir sopapos moralizantes a un poder que les ha des-subvencionado un poquito la fiesta. Un poquito nada más, que tampoco se va a quedar sin glamur ni alfombra roja la juerga principal. Manda cojones, como diría el señor Trillo, ese impresentable cónsul que nos representa en Londres.
   ¡Cuánta hipocresía destila este país!
   Y es que este país tiene a buenos Talegones y Talegonas en su cantera de guijarros. Qué guay ver al esmoquinado Bardem preocupado por los niños saharauis y a la morbosa y exuberante Verdú, tratando como a miserables Blancanieves a los políticos del PP, desde su magnífica interpretación de bruja y madrasta malvada. Si Goya levantara a cabeza volvería a perderla en pinturas aún más negras. Y luego sus fotitos y ya lejos de lo público, en la fiesta privada, sus jajas por aquí y sus jijis por allá, ellas con las carnes amables y ellos a ver si sacan algo más, una copita, un nuevo rollito no tan exigente y, entre rayitas de coca, la posibilidad de algún negocio rentable.
   ¿Cultura? No me hagan reír, por favor, y sigan recogiendo sus migajas a cambio, como siempre, de su puñetera dignidad. Yo les regalaré su propia imagen en el espejo con el Decálogo del artista moderno, inspirado en vuestro más fidedigno ejemplo:
DECÁLOGO DEL ARTISTA MODERNO
 1.- El dinero público ha de ser para el que pasa hambre. El que quede después de pagar a aquel que habla de los que pasan hambre.
2.- Bombardear con palabras el sistema hasta instaurarse en el sistema.
3.- Criticar la propiedad privada hasta apropiártela, luego dedicarte a la poesía pura o al teatro de vanguardia.
4.- Criticar el consumismo de occidente mientras deleitamos el paladar con el mejor jabugo y el mejor de los Burdeos.
5.- Nunca cohabitar con los políticos en público, para eso existen los despachos.
6.- Nunca ser correcto, siempre políticamente correcto. Así lo exige el mercado.
7.- La vida no es sobrevivir, es vivir, vivir bien. Y eso se consigue poniendo precio al silencio.
8.- Una vez repleto el cementerio sembremos flores sobre las tumbas y levantemos en su epicentro la bandera del ecologismo.
9.- Reivindiquemos el sexo. Y practiquemos la escalada.
10.- Ya no existen malditos ni anarquistas, la señora VISA les otorga su registro.

   Cada vez me da más asco nuestro país.

viernes, 15 de febrero de 2013

EUGENESIA LA PAREJA PERFECTA

   Ayer, viendo el telediario progresista de La Sexta, sí que acabe indignado… y escandalizado. Pero ¿cómo se puede llegar a tal estado de estupidez supina? Yo pensaba que era imposible ser más tonto que el pepero Floriano, pero sí que se puede y a la vista quedó ayer, tras los comentarios, tan jocosos como imbéciles, de la preciosa presentadora. Vayamos al grano:
   Resulta que en plan frívolo, como si no fuera más que un juego erótico y ciertamente morboso, va la tía y nos anuncia el advenimiento de una nueva empresa de contactos de pareja que nos invita, tras el pago de 249 euros, a encontrar a nuestra pareja definitiva, la genéticamente perfecta. Es decir, que te someten a un estudio de ADN y lo comparan con el de otros clientes, con la intención de hallar los dos más similares. Según la lógica, acabaran emparejando a la rubia de ojos azules con el rubio de ojos celestiales y al que tiene los dientes podridos con la que tiene una escombrera por dentadura. El producto final está más que claro, el mismo que perseguía Mengele, aquel doctor nazi que experimentaba con gemelos judíos y otros deshechos (así pensaba él), buscando hallar la piedra filosofal de la sangre aria. Lo que no se imaginó la retrasada de la presentadora era que, entre risitas y comentarios frívolos, nos anunciaba un principio enmascarado de la eugenesia, esta vez no exclusiva de los judíos. Y todo ello en nuestro país, legalizado y con gran rentabilidad encima. Toma ya. Serán malos, malísimos asesinos, pero habremos de reconocer que, por ahora, nos superan en astucia e inteligencia.
   ¿Cómo hemos llegado en este país a tal grado de ausencia de crítica en los medios de comunicación, donde no sólo se nos manipula dirigiendo nuestro fatídico devenir, sino que se nos disfraza, sin pudor alguno, el mayor de los crímenes posibles de un jolgorio maravilloso y de buen rollito. ¿Y aún pensáis algunos que España tiene remedio? Los señores que mandan en los medios no pueden ser tan tontos. No son iletrados y conocen la historia porque todos son versados en los cuentos, los reales y los transformados por la fabulación interesada. Lo que pasa es que prefieren poner la mano para que se la llenen de una vida mejor, más confortable. Y, de paso, si te sale gratis el estudio de ADN y aseguras a tus niños un futuro ario, mucho mejor. Ya veo a los desesperados de amor haciendo cola para ser la cobaya más Star. ¡Qué imbéciles somos!
   Esto es el inicio. Luego vendrán los análisis de ADN que pedirán aseguradoras y empresarios para averiguar si eres proclive a enfermedades largas y, en caso de ser así, lanzarte al basurero hasta que te pudras bajo el sol. Porque tal y como anda el percal, de papá Estado tendremos que olvidarnos (en Portugal ya han privatizado hasta la seguridad social). O sea, que en el futuro ya no seremos una sociedad colectivizada, sino corpúsculos seccionados y clasificados y en la que sólo los "económicamente" perfectos tendrán derecho a la vida. Ya ven. Y la preciosa bobalicona de La Sexta, entre risitas y tonto rubor, creía estar hablándonos de una nueva moda para ligar entre los pijos. Vamos, para tirarse de los pelos.

jueves, 14 de febrero de 2013

EL ROSTRO DE LOS SUIDICIOS

   ¡Qué bonito todo! ¡Qué alegría tan intensa! Lo hemos conseguido. Hemos vencido a Goliat. Somos unos putos héroes. Pero esto es sólo una batalla y debemos seguir luchando. Hemos herido al cíclope, pero no lo hemos abatido. Hemos tirado abajo una pared del laberinto, pero el Minotauro sigue acechando desde la oscuridad de sus mentiras. Y debemos seguir derribando muros hasta encontrar la luz de la esperanza.
   Más o menos así se expresarían las bases de la PAH si estuviéramos en la cuna griega de la democracia o en el valle de Josafat, en plena revolución. Lo sé porque he visitado su muro de facebook de mi ciudad y casi todos los comentarios coinciden. Y es que mira que nos gusta el mesianismo, ¿eh?, y si tenemos que estar todo el día autoengañándonos para llegar a él, pues ¡hala!, juguemos a inventar mentiras. Uno puede ser un excluido, pero no puede abandonar jamás la ambición de convertirse en héroe. ¿Por qué? ¿Tan poco valor nos otorgamos, en realidad, que necesitamos refrendarlo con la idealizada admiración de los demás? Seamos realistas. Ni héroes, ni victoria, ni nada. Ayer, un día después de la aprobación parlamentaria de la ILP sobre la dación en pago, se ahorcó una nueva víctima más. Y al parecer había avisado: Antes de que me saquen de mi casa me quito la vida, ya tengo la soga preparada, dijo unos días antes a sus vecinos, Y, plof, se colgó cuando la comitiva antideshaucio golpeaba su puerta, sin que nadie hiciera algo por evitarlo. No se escandalice, señor lector, esta es la verdadera sociedad “solidaria” de España: unos corriendo tras los reporteros y otros, los estafadores, huyendo de ellos, mientras los desesperados se suicidan en soledad.
   Seamos realistas. Si antes de ayer el PP cambió su voto, de forma sorpresiva, en el último momento fue porque, tras conocer la noticia del doble suicidio del matrimonio de jubilados, se cagaron. Como los astutos zorros que son, se dieron cuenta de que una noticia así enervaría a la población si votaban en contra de la ILP, dándoles aún más argumentos a los que están a favor de ella. Por tanto, decidieron calmar las aguas y votar a favor para ganar tiempo. Total, la debaten de pasada y cierran el chiringuito pronto. Aunque sí tendrán el inconveniente de tener que oír cuatro verdades a la cara, pero como tienen esa soberbia desmedida se pasarán las críticas por el forro de la entrepierna. ¡Qué vamos a ser héroes entonces! Héroes, en todo caso, el matrimonio que se quitó la vida, porque gracias a ellos se tramitará la ILP en el parlamento. Acaso la PAH, cuya labor admiro (que quede claro), debería plantearse la creación de una asociación de víctimas de los suicidados por desahucios, porque ya son muchos, muchísimos, demasiados. Y ya es hora de darles voz y un rostro definido. Tenemos que obligar a esos bárbaros que nos gobiernan a mirarlos a los ojos, a soportar el escarnio de la vergüenza ante las miradas de las víctimas y a pedirles perdón. Y nosotros también deberíamos mirarlos y hacer al menos un breve ejercicio de expiación.

viernes, 8 de febrero de 2013

PELEAS EN EL RING

   Que si… los papeles del Bárcenas son falsos. Que si… ahora confiesa El País que no eran más que fotocopias. Que si… esto es una conspiración judeomasónica de Rubalcaba. Que si… no podemos permitir este golpe de Estado a la decisión que la abrumadora mayoría tomó en las urnas. Y, mientras tanto, El Sépu tumbado en casa, arrascándose los testículos en el sofá, con un cheque al portador sobre la mesa que le acaba de llegar directamente desde Génova. En la pantalla del televisor, los periodistas asedian a su ex y él sonríe, con la malicia típica de los despechados. Sabe que el cerco se reduce, que él fue el primero en caer y, aunque no le abandonaron por ello, sí le sacaron de los focos. también caerás, piensa, y sentirás en tus carnes el frío del abandono y el desprecio en las tablas de lo público. Conocerás el dolor y la vergüenza en la caída, sufrirás la negación de la realidad hasta el reconocimiento de lo palpable y cuando la serenidad y la calma vuelvan, volverás a recordar nuestro esplendor, aquella tarde en la que hicimos el amor, en la intimidad de nuestro garaje, sobre la tapicería de cuero blanco de un jaguar alucinante.
   Lo de este país sí que es alucinante. A mí, sinceramente, tanta lucha ideológica sin sentido, razón ni reflexión me tiene hasta los huevos. Que si… entonces de donde han salido los 22 millones en Suiza. Que si… ¿y los más de mil de los ERES de Andalucía? Que si… ahora se habla del Bárcenas, no nos desviemos del tema. Que si… porque he de hablar de lo que tú quieras, también te podría hablar de la conspiración de Zapatero en el 11M (si, ya sé que es un poco paranoico el personaje, pero es que somos así, enfermos de nuestro propio fanatismo). Y, mientras tanto, los periódicos haciendo su agosto en enero, centro de atención más allá del radio de las calles y también en el subsuelo, además de en los juzgados. Borregos. Borregos, eso es lo que somos. Nos zarandean, nos llevan aquí o allá, a paraísos virtuales o a campos de pastos ya esquilmados. Nos manipulan, mientras ciegos e inconscientes caminamos hacia el matadero. Son todos unos sinvergüenzas, los unos y los otros. Lo son todos desde que se diseñaron privilegios a medida, y aún mejor confeccionados que los trajes sobremileuristas del Camps. Como entrante solo decirles que tributan bastante menos que usted, en caso de ser afortunado con una ocupación laboral remunerada, una cuarta parte más o menos. Y de esas dietas que, a veces, les supera el sueldo ni un puñetero euro. Ya está bien de ver esto como un maldito partido de fútbol donde aplaudimos tan sólo los goles de nuestro equipo e inventamos penaltis cuando marca el enemigo, que mientras el espectáculo y el juego nos enerva, ellos se llevan nuestro pan y hasta el de nuestros nietos si me apuráis.
   O cambiamos o morimos, no hay otra. Ada Colau lo dijo muy claro ayer cuando interpeló las palabras del experto financiero y angelito de la usura bancaria, el cual argumentaba la irremediable caída del sistema financiero español, en caso de aprobarse la dación en pago. Pero es que aún no se han dado cuenta de que el sistema ya ha caído. Pero qué idea de progreso social y de sociedad tienen ustedes. Acaso desconocen el índice de suicidios actual, el trágico final de la ingente cantidad de personas excluidas del sistema. ¿Quién la oyó? Parece ser que nadie, a pesar de ser reproducida millones de veces por la red. Seguimos igual y ayer lo pudimos comprobar en las múltiples manifestaciones en defensa de la educación. ¿Educación? Yo me descojono. La verdad es que no es más que lucha ideológica de unos contra guerra ideológica de los otros, intereses particulares y grupales, pero con insidia individualista. Los del Opus obligándonos a tragar crucifijos y los progres profesores a lo suyo: menos horario, menos exigencias y un corporativismo laboral que les asegure un buen sueldo de por vida. En realidad, a nadie le importa la educación, importa la evangelización o el adoctrinamiento político. Para que todo siga igual eternamente: nosotros en el ring, con el rostro y los puños magullados, y ellos en el cómodo trono de sus privilegios.

   Que si… a La Mato la han hecho ministra de sanidad para que pueda hacer honor a su apellido. Que si… en Estocolmo se rieron mucho de Amy Martin. Que si… los papeles, según afirman peritos caligráficos, contienen la letra del Bárcenas. Que si…  Y así hasta el infinito más absurdo. ¡Que pena de pais!
     

martes, 5 de febrero de 2013

ESPERANDO EL MILAGRO

      Llevo tiempo sin escribir artículos, sin hablar, sin decir nada. Y con la que nos está cayendo. Pero es que a veces la mierda es tanta que te acaba ahogando y ya es bastante si consigues respirar. ¿En qué país vivimos? Cómo no va a obligarnos Wert a dar clases de religión, si para ellos, los que nos gobiernan, la ética constituye una herejía. Cómo no van a querer dejarnos sin negros, si lo quieren todos para ellos, bien juntitos, en sobres inmaculados. Lo de ayer fue una vergüenza, ver al presidente español titubeando, dubitativo, ante las preguntas formuladas delante de la Merkel fue patético. Ya no tenemos presidente. Se ha convertido en un hombre aferrado a su soberbia que inventa conspiraciones paranoicas y las culpa de sus males y errores. No sabe ni dónde está. Está acojonado y ni es capaz de disimularlo. Es un paquete zarandeado por los padrinos de su partido, a pesar de que le llamen “el capo”. La mejor defensa es un buen ataque, Nada podrán demostrar, lo tenemos todo bien atado, Querellas contra todos, gritarán. Y, si pudieran, detendrían hasta aquellos que pensaran en los papeles del traidor, el Bárcenas, maldito ahora y tan bendito antes. Y además, se puso chulo con la esperanza y ahora le llueven cañonazos. Es lo malo de ganarse tantos enemigos, señor Rajoy. Mire usted la que le ha liado el Albertito Garzón, le dio por apretar los testículos a los jueces y ahora le llueven litigios e investigaciones nada convenientes a ese círculo popular y cada vez más estrecho.
   Mientras tanto, el pueblo ruge en su silencio y la decepción da paso a la rabia. Indignadísimo ya comienza a congregarse en serio alrededor del paraíso perdido, reclamando el infierno para sus habitantes. Está expectante y enervado, mirando la pelea en el ring de la política. Los rojos contra los azules, los malvas contra los azules y los rojos, los amarillos contra todos, incluso con algún que otro amarillo de tonalidad más anaranjada. Pero sobre todo los azules, chulescos y soberbios, dándose navajazos entre ellos y sin mirar siquiera a los demás. Y encima, el rey ya no es quién fue. Hoy es la metáfora palpable de nuestra decadencia. ¿Quién va a poner orden? ¿Qué institución nacional estará moralmente capacitada para arreglar el caos que, como un negro amanecer, ya despunta en la alborada? ¡Qué levante la mano la institución que esté libre de culpa! Aquí el más honrado quizás sea algún rumano carterista. Visto lo visto, la real academia de la lengua tendrá trabajo de ahora en adelante con la definición de la palabra delincuente.
   El dilema es ¿qué vamos a hacer nosotros? Está claro que los valores que hemos abanderado hasta ahora son parte del veneno que nos corroe. En su día, entre muertos provocados por la intolerancia, nuestros políticos hicieron votos de vocación honesta de servicio público, posiblemente de forma sincera, pero comenzaron a aparecer grietas pequeñas a las no se les dio importancia y así llegamos a esté ignominioso barrizal de ponzoña. Los periodistas dejaron de serlo para convertirse en esclavos ideológicos o del capital. Los jueces evitaban complicarse la vida y miraban hacia otro lado, alguno con las manos llenas y otros, más honestos, simplemente se hacían el sueco. Algunos roban sí, pero dan trabajo, comenzó a admitir el pueblo, ignorante de la deuda acumulada. Todo se toleraba mientras las monedas compusieran sinfonías en nuestros bolsillos. ¡Qué barato nos vendimos todos! Ahora estamos al borde del abismo y las grietas están a punto de derribar el edificio, pero seguimos hablando de competitividad, en vez de hablar de colaboración; de rentabilidad, en vez de hablar de equidad; de legalidad, en vez de hablar de justicia; del estado del bienestar, en vez de hablar del bienestar del Estado, que somos todos y cada uno de los ciudadanos españoles. El dilema es ¿qué vamos a hacer nosotros? No sé qué haréis vosotros, pero yo trataré de levantarme otra vez y alzaré una vez más el cuello sobre la mierda. Sé que ya no me queda otra posible forma de colaborar y que, a veces, mi grito pudiera resultaros estridente, pero volveré gritar pues aún menos se consigue desde el silencio. Gritaré desde la pantalla del ordenador, tecleando en mi habitación, junto a la ventana por la que cada día os observo, esperando la eclosión del milagro.